Luisina Diaz y Adriel Lorenzatti son estudiantes avanzados de Relaciones Internacionales de nuestra facultad. Ambos, a través del Programa PILA pudieron acceder a la oportunidad de realizar un intercambio en Colombia. Cabe mencionar que el mismo también se extiende otras Universidades de Latinoamérica.
En diálogo con los convocados, compartimos con la comunidad lo que esta experiencia y este viaje les dejó, no sólo para su formación sino también para su crecimiento personal.
Colombia, el país elegido
En busca de un cambio cultural, Luisina optó por asistir a la Universidad de Barranquillas, donde destaca que su elección se vio motivada por la necesidad de encontrar “un lugar para aprender cosas nuevas, una cultura totalmente distinta, así que Colombia fue la opción que más me llamó la atención», comenta la estudiante.
Por otro lado, Adriel fundamenta que uno de los principales motivos de su elección de la Universidad Autónoma de Bucaramanga se debe a que “las Universidades en Colombia estaban más orientadas a cuestiones de más de tipo económico, comercial. El intercambio rondaba en torno a negocios internacionales, comercio exterior, entonces me pareció muy interesante vincular un poco esas dos cuestiones”, expresa.
Gracias al esmero y dedicación, se dieron las condiciones para que los estudiantes de RR.II lograran hacer el intercambio. Para Luisina, fue toda una gran experiencia, que sin las posibilidades de la Fcpolit y de la Universidad no hubiera sido posible. En cuanto a Adriel, se lleva la calidez humana de Colombia y valora el nivel educativo que tiene nuestra casa de estudios.
Durante su estadía coinciden en la dicotomía teoría- práctica, ya que recibieron un alto contenido en material práctico, mientras que en nuestra casa de estudios el contenido teórico ocupa un rol predominante.
Un intercambio enriquecedor
En su paso por Colombia, ambos se llevaron grandes momentos, no solo del lugar que habitaron sino de las personas, quienes acompañaron, contuvieron y ayudaron a hacer el proceso y la vivencia mucho más amigable.
«Fue una vivencia enriquecedora, la verdad vale la pena hacer un intercambio. Es una experiencia que te abre la cabeza, te invita a pensar de formas diferentes, te invita a tomarse un tiempo para hacer nuevas cosas», nos cuenta Adriel.
Un intercambio fortalece no solo las relaciones personales en torno al futuro profesional sino que crea lazos con personas, culturas, une continentes, nos lleva a ser parte de diversas perspectivas, puntos de vista. Respecto a esto Luisina expresa: “Ahora tengo lazos con una ciudad que no sabía todo lo que tenía para ofrecer al mundo (…) formé lazos con gente de todo el mundo que conocí, gente con la que vivía. Ahora ya no están, pero el lazo permanece”.
Para concluir, tanto Luisina como Adriel hacen hincapié en la idea de animarse y ser parte de las oportunidades que ofrece la universidad pública. Gracias al intercambio pudieron construir vínculos, intercambiar saberes, compartir culturas y nuevas formas de pensar y relacionarse.