Homenaje a un intelectual comprometido

Nuestra Facultad realizó el pasado martes 8, la Jornada Homenaje “Guillermo O’Donnell y la Ciencia Política”, como tributo a quien fuera el politólogo más influyente de la Argentina y que además construyó un particular vínculo con nuestra Universidad, que lo distinguió como Doctor Honoris Causa en 1999.


Creador de la teoría de la democracia delegativa
, Guillermo Alberto O’Donnell falleció en la ciudad de Buenos Aires el pasado 29 de noviembre, a los 75 años, dejando una obra que, estudiada en las universidades más prestigiosas del mundo, marcó una impronta en el análisis de la teoría política y constituye un aporte indispensable para comprender los fenómenos sociales que sacudieron a nuestra región en las últimas décadas.

Con el auspicio de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) y la Secretaría de Cultura del Centro de Estudiantes de la FCP y RRII, el martes, a partir de las 10.30, en el Salón de los Espejos de la Sede de Gobierno de la Universidad Nacional de Rosario, se realizó la jornada homenaje al destacado y comprometido intelectual, con el trabajo de diversos paneles en el marco de los cuales se analizaron los aportes más significativos de O’Donnell a la Ciencia Política argentina y latinoamericana desde los años 70 a la actualidad, destacando su contribución fundamental en la configuración de una agenda de debate inspirada en nuestra región, así como también su rol en la institucionalización de la ciencia política en nuestro país.

Al inaugurar la jornada, el decano de la FCP y RRII, Franco Bartolacci, agradeció especialmente la presencia en el encuentro de Gabriela Ippolito, viuda de O’Donnell, así como también la de destacados politólogos de nuestra Facultad y de otras prestigiosas instituciones académicas del país. Bartolacci también destacó el perfil humano e intelectual de O’Donnell y la relación que tuvo con la FCP y RRII. También hicieron uso de la palabra el vicerrector de la UNR, Eduardo Seminara, y el politólogo Osvaldo Iazzetta.

Luego, se proyectó un emotivo video homenaje sobre el politólogo y ensayista fallecido, realizado por Hernán Toppi y a continuación se sucedieron tres paneles:

Panel Nº 1: Gustavo Dufour (UBA/SAAP), Martín D’Alessandro (UBA/CONICET/SAAP), Cecilia Lesgart (UNR/CONICET) y Hugo Quiroga (UNR/UNL). Coordinó: Silvia Robin (UNR).

Panel Nº 2: Luis Tonelli (UBA), Pablo Bulcourf (UBA /UNQ/SAAP), Lucas González (UCA/UNSAM) y Cintia Pinillos (UNR/UNER). Coordinó: Gastón Mutti (UNR/UNER).

Panel Nº 3: Carlos Acuña (CONICET), Enrique Peruzzotti (UTDT) y Osvaldo Iazzetta (UNR). Coordinó: María Elena Nogueira (UNR/CONICET).

“Un intelectual debe ocuparse de cosas que lo conmueven moralmente”

Defensor inclaudicable de los valores de la democracia, Guillermo Alberto O’Donnell fue uno de los primeros cientistas sociales en advertir sobre los efectos del autoritarismo y las fragilidades que condicionaban la consolidación de los procesos democráticos en América latina. En esa línea, estudió en profundidad los períodos de transición que se dieron en el país, y en sus trabajos más recientes transmitió su preocupación por las regresiones populistas.

Hijo de Mario Antonio O’Donnell y Susana Lucrecia Ure, había nacido en la ciudad de Buenos Aires, el 24 de febrero de 1936, y era hermano del historiador, político y escritor Mario “Pacho” O’Donnell y de Alejandro O’Donnell, un destacado médico.

En 1958 se recibió de abogado en la UBA (donde integró el consejo directivo como representante estudiantil). Tras un fugaz paso por la actividad política (fue subsecretario del Interior en 1963, durante el gobierno de José María Guido), se volcó rápidamente a la investigación. Diez años después de graduarse, en 1968 y en plena dictadura de Juan Carlos Onganía, viajó a Estados Unidos, donde en 1984 obtuvo el doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Yale, fue miembro de la Academia de Artes y Ciencias, y se desempeñó como profesor e investigador de reconocidas universidades, como las de California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame (Indiana).

En 1979, en plena dictadura del Proceso, debió exiliarse en Brasil, donde fue profesor de la Universidad de San Pablo.

Entre 1989 y 1991 O’Donnell presidió la Asociación Internacional de Ciencia Política. Mientras tanto, su gran capacidad creativa y su profunda sensibilidad por los problemas sociales lo convirtieron en un humanista en continua acción, en su afán por contribuir a superar la fragmentación del país, al que regresó para radicarse definitivamente en 2009.
En su libro El Estado burocrático autoritario, publicado en 1982, en el ocaso del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, y convertido en un clásico de la ciencia política, describió con singular precisión el modelo de las dictaduras militares.

Previamente, había estudiado el funcionamiento del poder en el libro Modernización y autoritarismo (1972), concebido durante el régimen de la Revolución Argentina, que derrocó al gobierno de Arturo Illia en 1966. Muy crítico de los gobiernos militares, afirmó una vez que “el Proceso no sólo destruyó el Estado, sino que lo gangsterizó”.

El retorno de la democracia con la llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia en 1983 lo encontró trabajando en otra obra significativa: Democracia macro y micro, donde señala que la violencia de la represión política del período militar influyó en el afianzamiento de comportamientos autoritarios en distintos contextos sociales y desalentó la participación en la vida política.

Posteriormente, en la década del 90, al intentar comprender las presidencias de Carlos Saúl Menem (Argentina), Fernando Collor de Melo (Brasil) y Alberto Fujimori (Perú), O’Donnell acuñó el concepto de la “democracia delegativa”, para identificar un estilo muy propio en la región, caracterizado por un poder centralizado y claramente diferenciado del sistema representativo. En ese marco, el politólogo explicaba que los “líderes delegativos” surgen de profundas crisis y corren riesgo de pasar en un plazo muy corto de una “alta popularidad a una generalizada impopularidad”.
En Buenos Aires dirigió el Centro de Investigaciones sobre el Estado y la Democracia en América Latina (Ciedal), creado en la Universidad Nacional de General San Martín. Fue también director del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes). En 1995 fue distinguido por la UBA con el doctorado honoris causa y al año siguiente recibió el Premio Konex en Ciencia Política. Además, fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires y era presidente honorario de la Sociedad Argentina de Análisis Político.

En 1997 publicó Contrapuntos, que contiene distintos ensayos sobre autoritarismo y democratización. Dos años después, publicó Pobreza y desigualdad en América Latina. En 2001, con la profunda crisis en puerta, escribió La (in)efectividad de la ley y la exclusión en América Latina.

Sus publicaciones más recientes son Democracia, agencia y Estado. Teoría con intención comparativa (2010), y Democracia delegativa (2011). Allí reafirma que la celebración por el retorno de la democracia coexiste con la necesidad de atender sus debilidades y ejercer una “crítica democrática a la democracia”.

El reconocido politólogo tuvo cinco hijos: Matías, Santiago, Ignacio, María y Julia. Dos de ellos, Santiago y María son destacados periodistas.

Guillermo O’Donnell falleció la tarde del martes 29 de noviembre de 2011 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tras sufrir una larga enfermedad. Sus restos fueron velados en el Palacio de la Legislatura porteña y sepultados en el cementerio de la Recoleta.

En septiembre de 2003, en una entrevista a Página/12 había señalado: “Un intelectual debe ocuparse de cosas que lo conmueven moralmente. Cuando escribo es porque estoy enojado o preocupado por algo, no porque pienso que debo llenar tal o cual agujero en la literatura. Escribo sobre las cosas que me preocupan cuando me afeito. Y muchas veces me corto”.

Imágenes tomadas por: Virginia Stradolini*
*Fotógrafa y estudiante de Ciencia Política.