Manuel Garretón: “En las manifestaciones opositoras en la Argentina no veo una dimensión fundacional o de transformación”

El pasado lunes 12 de noviembre, el reconocido sociólogo y politólogo chileno Manuel Antonio Garretón visitó nuestra Facultad y dialogó sobre temas que viene investigando como la relación Estado y Sociedad.

 

––¿Cuál es la relación Estado-sociedad en estas democracias latinoamericanas pos- transición?

––El problema planteado hoy en día en América latina y que se tiende a resolver de maneras muy distintas, según los países, los contextos históricos, los actores en juego, la inserción internacional, es que se asemeja a lo que ocurrió primero en la independencia, luego (a finales del siglo pasado) con la construcción de los Estados nacionales, en la época de la industrialización sustitutiva de importaciones, y a la salida de los regímenes militares con el tema de la democratización. Es decir, estamos viviendo un momento de refundación, de cambio en las relaciones entre Estado y sociedad que tiene su expresión más simbólica en el caso boliviano, donde se genera un Estado multinacional, es decir, hubo que cambiar la naturaleza del Estado, y también prácticamente en todos los países que salieron de dictaduras que son las asambleas constituyentes. Estas asambleas tratan de establecer un nuevo modo de convivencia, porque estas relaciones se dislocaron con los procesos de globalización, con las dictaduras militares y con las reformas neoliberales. Entonces, creo que una expresión de esto fue, en el caso argentino, la crisis de 2001, que uno la puede analizar desde el punto de vista económico, pero hay algo más de fondo, que va a dar inicio, bien o mal (eso depende de los distintos puntos de vista) a una nueva época. Creo que estamos precisamente en una nueva época. En los libros que hemos escrito con Marcelo Cavarozzi y otros hablamos de la época nacional y popular, que creo que ya hemos pasado y eso es lo que analizo en mi último libro, Neoliberalismo corregido y progresismo limitado. Los gobiernos de la Concertación en Chile. También hemos pasado la época neoliberal, estamos en otra época en la cual el gran problema es: en un mundo globalizado en el que el Estado tiene menos capacidades directivas y hay una enorme expansión de las diversidades y también de los principios individualistas, a veces recubierto por el tema de la ciudadanía, ¿cómo se recompone la polis? ¿Cómo se recompone una sociedad política cuyos conflictos tendrán que resolverse en términos democráticos, ahí donde la política parece importar poco, donde lo que parece dominar son los poderes fácticos, donde la ciudadanía está descontenta en las calles. Con distintas manifestaciones hay esa situación hoy en día en América latina. Creo que lo nuevo, lo interesante, es que esa recomposición, que lleva su tiempo, no puede hacerse sino en regímenes democráticos. Por ejemplo, tengo una impresión en el caso chileno. El movimiento estudiantil secundario, llamado revolución de los pingüinos, fue pionero en 2006. Pero sobre todo el movimiento estudiantil de 2011, que a su vez va acompañado de movimientos regionales, medioambientales, por la diversidad sexual, es un punto de quiebre en ese sentido: de replantear relaciones entre política y organizaciones y movimientos sociales. Relaciones que antes estuvieron muy marcadas por la imbricación, por la articulación entre partidos y sociedad y que hoy en día se ha roto. En cada país van a surgir sujetos políticos-sociales distintos. Se apostó en un momento en México a que Chiapas constituiría el nuevo sujeto político-social, pero no lo fue. En otro momento se dijo que enla Argentina el movimiento de los piqueteros y el “que se vayan todos” expresaba eso. En el caso boliviano, yo sí creo que, a través de un movimiento sindical (el movimiento cocalero) se constituyó un partido, un liderazgo que toma democráticamente el poder del Estado, hace asambleas constituyentes y cambia la naturaleza social. Y por lo tanto entra en otra época con otro tipo de problemas.

 

––¿Qué opina de las manifestaciones que ocurrieron en la Argentina en este último tiempo en contra de algunas políticas que está llevando adelante el gobierno nacional de Cristina Fernández y de las consignas que se proclamaban en la calle?

––No soy un conocedor de la situación argentina, pero creo que en todas las movilizaciones de los últimos años, tanto enla Argentinacomo en Chile, hay diversas dimensiones. Uno podría analizar las movilizaciones enla Argentinasimplemente como movilizaciones sociales, expresiones en la calle de una oposición política. De repente uno también puede considerar movilizaciones en torno a una determinada lucha. Por ejemplo, el descontento que hubo en Santiago de Chile por el plan del Transantiago (sistema de transporte público urbano que opera en el área metropolitana de la capital chilena). Entonces son movilizaciones o bien de descontento, de base individual y de consumo, o bien de oposición o rechazo de políticas gubernamentales, enteramente legítimas. Hay otro tipo de movilizaciones que tiene que ver con este carácter de tipo refundacional. En ese sentido, por ejemplo y para complicar las cosas, el movimiento estudiantil de Chile llevaba dos cosas: estaban los padres que apoyaban a los estudiantes que reclamaban legítimamente por ser una educación paga, carísima y por estar enormemente endeudada. En una misma movilización podemos distinguir el componente de una sociedad de consumo, muy legítimo, que demanda por una cosa muy precisa: que me bajen las tasas de crédito o me condonen el crédito. Una cosa distinta eran los mismos estudiantes pidiendo un cambio en el sistema educacional y que la educación pasara de ser básicamente privada a ser una educación pública. Y al mismo tiempo había sectores que se manifestaban en las movilizaciones porque se oponían a las políticas del gobierno de Sebastián Piñera. Entonces, la tarea que tenemos los analistas, además de ser ciudadanos y militantes de las causas en las cuales creemos, tenemos que tener la capacidad de decir “mire, en esta movilización hay estas dimensiones que están mezcladas”. Puedo estar equivocado, pero en el caso argentino yo veo una dimensión legítima en las manifestaciones de oposición política al gobierno y a su posibilidad de reelección, veo expresiones de descontento, pero no veo una dimensión fundacional o de transformación. Tampoco la veía, por ejemplo, en la oposición a Hugo Chávez en Venezuela. Me parecían movilizaciones extremadamente legítimas, críticas a cuestiones puntuales sobre temas como la libertad de prensa, etc. Y además oposición política para tratar de tener un gobierno distinto. No eran necesariamente dimensiones de tipo fundacionales o de transformación de la relación Estado-sociedad.

 

––O que tengan intenciones de asumir el gobierno de una manera programática…

––En el caso de Venezuela sí, y, como dije, no quiero opinar del caso argentino. En el caso chileno lo interesante es que esta ruptura entre política y sociedad se produce por primera vez en la historia contemporánea. Por primera vez tenemos gente en la calle que rechaza en cierto modo la política, aunque haya mucha otra gente que pertenecía a partidos políticos. De lo que se trata en el caso chileno es de recomponer esa relación que ya no va poder ser que los movimientos sociales estén vinculados permanentemente a los partidos políticos, va a tener que ser otra. O esto se logra en un momento como son las elecciones presidenciales, en las que un liderazgo logra juntar al conjunto de la oposición, pero también al conjunto de los movimientos sociales que no se identifican con el conjunto de la oposición, lo que es especialmente complejo, o habrá que encabezar la demanda por una asamblea constituyente que el país no ha tenido.

 

Un destacado sociólogo y politólogo trasandino

Formado enla Universidad Católica de Santiago de Chile y doctorado en L’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París, Manuel Antonio Garretón ha sido director y decano de diversas instituciones académicas chilenas, ha enseñado en universidades trasandinas y de diversos países y ha participado y dirigido múltiples proyectos de investigación y enseñanza.

Nacido en Santiago de Chile, el 27 de octubre de 1909, Garretón fue profesor investigador y coordinador del Área de Estudios Políticos dela Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Flacso-Chile (1975-1995). Coordinador del Proyecto Pensamiento Renovado de Integración, Convenio Andrés Bello (1998-2002). Director del Departamento de Sociología dela Facultad de Ciencias Sociales Universidad de Chile (1994-1996). Beca Guggenheim 1983. Becas Flacso (1975-76), Fundación Ford, Social Research Council (1976, 1979), Fundación MacArthur (1992-1993), Conicyt (1993-1994).

Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2007 en Chile, Manuel Garretón ha participado activamente en el debate político-intelectual de su país y América latina, en el período democrático, en la oposición a los regímenes militares, en la transición democrática y el nuevo período democrático, en los procesos de renovación socialista, a través de publicaciones, columnas, entrevistas en foros y medios de comunicación.

Autor de más cuarenta libros entre autoría, co-autoría, ediciones, compilaciones y más de doscientos cincuenta artículos en revistas, traducidos en varias lenguas. Entre sus libros más recientes están: Política y sociedad entre dos épocas. América Latina en el cambio de siglo (2000). La sociedad en que vivi(re)mos. Introducción sociológica al cambio de siglo (2000), Democracy in Latin America. Reconstructing political society (co-editor, 2002). Latin America in the 21 st century. Toward a new socio-political matrix (co-autor, 2003, versión en castellano América Latina en el siglo XXI. Hacia una nueva matriz socio-política, 2004). El espacio cultural latinoamericano. Bases para una política de integración cultural (coordinador y co-autor, 2003). The incomplete democracy. Studies on politics and society in Latin America and Chile (octubre 2003) y Encuentros con la memoria (co-editor, 2004).