La cátedra de Redacción II de la Licenciatura en Comunicación Social organizó un seminario sobre la construcción mediática de lo delictivo. Los estudiantes pudieron realizar preguntas e intercambiar ideas con Silvina Tamous, María Laura Cicerchia y Andrés Abramowski, periodistas invitados que compartieron sus experiencias en las secciones de policiales y opinaron sobre la actualidad del periodismo.
En la mañana de ayer y en un aula 203 llena de estudiantes de las diferentes cátedras de Redacción de la carrera de Comunicación Social, se realizó el seminario titulado “DEL DELITO AL RELATO. La construcción mediática de la seguridad pública”. Fueron invitados para la ocasión Silvina Tamous, actualmente periodista en Revista Veintitrés y colaboradora en Cosecha Roja y Revista Anfibia; y María Laura Cicerchia y Andrés Abramowski, ambos periodistas de la sección policiales del Diario La Capital.
El evento comenzó con una disertación por parte de los panelistas que incluyó relatos de experiencias personales en las redacciones y reflexiones en torno a los criterios utilizados a la hora escribir noticias policiales.
Para Tamous “si no vas al barrio, no podes hacer periodismo policial”. El barrio le parece un lugar indispensable para cumplir con la búsqueda de una buena historia, para ella hay historias que solo van a ser contadas en ese lugar. Después de señalar que el genero policial es muy bueno para trabajar crónicas, se refirió a la inspiración y la adjetivación a la hora de escribir:
“El adjetivo o te ensalza y te vuelve una prosa maravillosa o te lo puede hacer una basura. Es una delgada línea. (…) Pero el relato siempre tiene que ser lo más concreto posible. Vos tenes que decir algo. Uno tiene que saber que quiere decir, o sea ¿qué tengo ganas de contar?”.
Por su parte, María Laura Cicerchia, contó cómo es la dinámica de trabajo en tribunales, a lo que describió como “una pata importante de la que se nutren las secciones policiales”. Este relato la condujo a destacar una característica del género abordado:
“algo muy propio del periodismo policial es que contamos controversias, nunca contamos historias que cierran redonditas por un solo lado, las contas tranquilo y te podes lucir en el texto, siempre tenes que estar contraponiendo versiones. Esto es muy manifiesto en los casos de gatillo fácil, de violencia policial, donde claramente hay como dos relatos de manual, el de la víctima y de la fuerza policial”.
El ultimo en tomar la palabra fue Abramowski. El invitado compartió sus experiencias como editor y criticó ciertos términos utilizados por los medios con los que establece una batalla personal. Al respecto de uno de ellos, dijo:
“por razones políticas la agenda mediática en los últimos 10 años puso al policial como una suerte de vedette para tratar el tema de lo que se llama inseguridad. Inseguridad es algo que para mí no es una sensación. Para mí no existe la inseguridad. Quiero ser claro, desde el punto de vista periodístico. Inseguros nos podemos sentir todos. La inseguridad como concepto me parece también se utiliza con fines políticos. Yo prefiero usar “problemas de seguridad pública” si es que hay que usar esa palabra. Me parece que hay categorías que realmente existen. La inseguridad para mí no existe como categoría periodística, la violencia sí. A la hora de editar y evaluar el lenguaje, hay palabras que me resisto. No voy a abonar a la teoría de la inseguridad cuando no me está diciendo nada. ¿Qué es la inseguridad? ¿Qué tengo miedo de que me roben? Bueno, yo no puedo hacer una nota porque alguien tiene miedo de que le roben porque es algo que no paso”.
A continuación los estudiantes presentes tuvieron un tiempo para hacer preguntas a los invitados. La idea fue generar un ida y vuelta interesante entre los panelistas y los futuros comunicadores. Los estudiantes aprovecharon a resolver dudas e inquietudes sobre amenazas y presiones en el periodismo, real malicia, derecho a replica, líneas editoriales, fuentes, manejo de la información y tratamientos mediáticos de casos puntuales.
Felicitamos a docentes, estudiantes e invitados por participar de espacios de debates como el de ayer, importantes para pensar la profesión y para la formación de quienes tendrán la responsabilidad de comunicar en un futuro cercano.