El papel del intelectual en la vida pública

El politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón, brindó durante la tercera jornada del Congreso sobre Democracia una conferencia magistral sobre el dilema presente entre los académicos universitarios: ¿un intelectual bien pensante o un intelectual público?.

dsc01219“Debemos tener una segunda reforma universitaria, incluso una revolución, al menos dentro de las humanidades”, afirmó Borón, quien criticó la ortodoxia en el ámbito académico y los manuales de standard de nuestras universidades. El panorama actual de América Latina muestra nuevos escenarios políticos  y el papel del intelectual a la hora de ofrecer una mirada crítica no es menor, donde el “conocimiento fragmentado no sirve para nada” ni tampoco se mide por la cantidad de papers editados. Se podría decir que un intelectual público es aquel que “se relaciona con los hombres y mujeres de su tiempo”, sostuvo.

El conferencista resaltó a lo largo de toda la charla, que el mundo necesita ser cambiado por medio de la existencia potencial de un post-capitalismo. Un mundo en el que el hombre es el responsable del cambio climático, en el que cada vez aumenta más la brecha entre el más pobre y el más rico y “los grandes modelos a imitar están ruinas”. Por dicha razón se necesitan pensadores que ofrezcan una mirada integral, explicó el politólogo. Además ejemplificó su argumento citando a Weber, Marx, Freud y Santo Tomás de Aquino, entre otros, quienes fueron “grandes personajes de nuestro mundo tuvieron dificultades con la universidad”.

Otro de los ejes que abordó durante su exposición fue la política de Estados Unidos a nivel mundial, en especial con sus vecinos latinoamericanos, países en los que busca el fortalecimiento de la derecha, con regiones “solidarias” a los intereses neoliberales. “Es un error común en ciencia política confundir el gobierno con el poder. En un Estado capitalista, el gobierno, independientemente de la voluntad de cambio que tenga, siempre van a tender hacia la derecha”, dijo a modo de reflexión final.

Por: CESOC