El reconocido académico, Pierre Rosanvallon, fue distinguido por la UNR con el título de Doctor Honoris Causa. En un acto realizado ayer, donde nuestra Facultad lo apadrinó, el homenajeado brindó una conferencia magistral donde reflexionó sobre el estado actual de la democracia.
El acto donde se distinguió a Pierre Rosanvallon, reconocido profesor del Collège de France, tuvo lugar ayer en el Espacio Cultural Universitario ubicado en calle San Martín. Con una sala llena de personas y auriculares (porque el evento contó con traducción en vivo del francés a español) el distinguido académico recibió el Honoris Causa de parte de la UNR, de manos del Rector, Franco Bartolacci; y nuestro Decano, Gustavo Marini, quien ofició de padrino. La actividad se enmarcó en el ciclo “Santa Fe debate ideas” organizado por el Gobierno de la provincia.
En su discurso, Marini señaló la compleja situación que atraviesan algunos países hermanos de latinoamérica y consideró oportuna la distinción para reflexionar sobre esa actualidad. Finalizó invitando al profesor, Osvaldo Iazzetta, también de nuestra casa, a enumerar los motivos que derivaron en el homenaje: su sensibilidad por lo social, su trayecto público e intelectual; y su vasta obra centrada en la historia de la Democracia, el papel del Estado y la cuestión social en las sociedades contemporánea que ha nutrido la formación de nuestros/as estudiantes y a la de politólogos/as de todo el mundo, fueron algunas de ellas.
Ronsanvallón compartió desde los comienzos de su disertación la necesidad que existe de reflexionar sobre nuestras Democracias desde el punto de vista contemporáneo y político. Para el académico las Democracias se encuentran fragilizadas y cuestionadas y para él esto sucede “tal vez porque hubo ingenuidad en la idea de democracia exportada a todo el mundo”. “La democracia como pluralismo o estado de derecho, son elementos centrales pero ya no bastan”, indicó.
“La Democracia no define solo un régimen político e institucional, sino también un tipo de sociedad. Hay que recordar eso. Democracia quería decir personas en la misma condición de igualdad y esta palabra sufre crisis por el crecimiento de las desigualdades”, sentenció el académico.
La fragilidad que atraviesan nuestras Democracias se deben al menos a dos aspectos que decidió indicar: por un lado el paso de capitalismo de organización a uno de innovación donde una pequeña cantidad puede acaparar toda la plusvalía que nos conduce a una «sociedad de winners» donde existen nuevos modos de producción de desigualdad acompañados por los viejos como la corrupción o el acaparar de la renta. Por otro lado, señalaría a “el rendimiento decreciente de la performance democrática de las elecciones”. Tras un elaborado análisis donde abordó las concepciones del voto desde el siglo XIX y los lenguajes que utilizan los candidatos políticos en la actualidad, durante las campañas y luego de asumir; determinó que hoy la Democracia «produce desencanto» y que las elecciones pasan más por elegir la sanción del pasado que la elección de un futuro.
Para Rosanvallon la Democracia debe construir el vínculo social y la justicia entre los ciudadanos. Así, sostuvo que definitivamente “hay un conjunto de temas que hay que actualizar con urgencia para reformular la igualdad en esta era de desigualdades» y que «desarrollar la Democracia es volver a la definición etimológica: el poder del pueblos”.
“Hoy estamos condenados al poder de la mayoría. Este es un punto de vista que no existía en las experiencias fundadoras. Para expresar la voluntad general el voto no es suficiente. Es necesario que el poder de todos tome la forma del poder de cualquiera y de nadie. Hay que inventar instituciones inapropiables e independientes“ indicó. Finalmente, buscando ampliar la idea, finalizó diciendo: “El poder de todos es el poder de cualquiera. El individuo cualquiera es el individuo portador de derechos y el guardián de esta definición de Democracia son las cortes constitucionales”.