En el día de ayer, los candidatos a Presidente por EEUU, Hillary Clinton y Donald Trump, se enfrentaron en el tercer y último debate presidencial. Docentes de las distintas carreras de nuestra Facultad, realizaron un análisis sobre lo que sucedió durante la contienda.
El debate que tuvo lugar en Las Vegas, Estados Unidos, con miras a los comicios del 8 de noviembre, duró más de dos horas y fue transmitido en vivo por numerosas cadenas internacionales y por redes sociales Los profesores de nuestra casa de estudios, Lucio Guberman, Sandra Valdettaro, Olga Corna, Osvaldo Iazzeta, Anabella Busso y miembros del Observatorio de Medios, compartieron su mirada sobre este debate de relevancia internacional.
Gestualidad y discurso en el debate
[vc_single_image image=»27564″ img_size=»large» style=»vc_box_rounded»][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Para el docente y especialista en Comunicación Política, Lucio Guberman, Hillary Clinton se ubicó a través de sus gestos y su discurso como la candidata de las familias. Darle respeto a las mujeres, libertad para decidir sobre embarazo y no separar a las familias mediante la deportación. Su estrategia de debate pareció orientada a lograr más cercanía con los votantes, a intensificar la conexión emocional, que a reforzar los atributos de estadista, aspecto en el cual lleva ventaja.
Donald Trump pidió una chance para hacer grande a América y apeló a todos los miedos que los Estados Unidos padece por haber perdido fuerza: terrorismo, inmigrantes, competencia económica desleal. “Utilizó una estrategia de «grandeza nacional», buscando dar la talla presidencial que es el principal déficit que le achacan a su candidatura y que está poniendo en fuga a numerosos referentes republicanos que le comenzaron a dar la espalda”, explicó Guberman.
En el plano de la comunicación no verbal, la Profesora Olga Corna, resaltó la gesticulación permanente de Trump, el uso de sus manos, su impecable traje y la bandera americana en su solapa contrastaba, generando espacios perfectamente divididos, con una Hillary sobria, elegante y confiada que sólo mostró un fuerte momento de incomodidad ante la pregunta del moderador sobre los WikiLeaks .
En lo discursivo, la docente de Lenguajes II, resaltó que en el debate “Clinton insistió en el acercamiento a la gente, el respeto a la segunda enmienda con
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]responsabilidades, una justicia que esté «del lado del pueblo y no de los poderosos», la igualdad de derechos, el refuerzo a la Educación, la salud y las mejores oportunidades para todos.”
Para la docente de epistemología de la comunicación, Sandra Valdettaro, los pelos fueron, el gran interpretante del debate. “En el caso de Trump, su peinado matizado revela la cabeza de una historia oscura que no se puede tapar del todo, porque no alcanza. Apenas unos finísimos cabellos cuasi rubios acuden a las artes de la peluquería para intentar un simulacro del patetismo del poder salvaje de las corporaciones. En el caso de Hillary, su peinado endurecido, inconmovible, no deja escapar ninguna rebelión de algún cabello que quisiera, ahí, sacudirse por un rato del poder”, destacó Valdettaro.
La profesora destacó que en ambos candidatos se observa que “el viejo spray, el fijador, fue protagonista: pelos duros, inconmovibles, fijados a una estética kitsch que se moduló de manera diferenciada en cada caso, pero, en ambos, develando un fijismo innegociable de las posturas del gran país del norte”.
En los medios y las redes “la paradoja democrática circuló como parodia, en un loop sinestésico con los espectadores globales. Las frases delirantes de Trump y la corrección planificada de Hillary, con sus peinados y su spray, fueron tema de los innumerables memes de la BBC, del Washington Post, del New York Times, entre otros”, finalizó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
La participación de los twiteros
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Desde el Observatorio de Medios se destacaron los seguidores de los candidatos, quienes se hicieron presentes mediante las redes sociales. En Facebook y Twitter el tema central del día fue este encuentro. Horas antes de que comience la contienda, la cuenta de Twitter en dicha red social invitó a participar a sus usuarios con sus opiniones a través del Hashtag #debate.[/vc_column_text][vc_single_image image=»27560″ img_size=»medium» alignment=»center»][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]En esta oportunidad la particularidad fue la utilización de memes, los mismos representan imágenes, fotos e ilustraciones, en las que se destacan defectos y virtudes de los candidatos.
A través de esta graciosa e ingeniosa herramienta, los usuarios de Twitter manifestaron sus opiniones y definieron sus elecciones.[/vc_column_text][vc_single_image image=»27559″ img_size=»medium» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
Reflexiones desde la Ciencia Política
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]El docente Osvaldo Iazzetta, Profesor titular de Teoría Sociológica de la carrera de Ciencia Política, reflexionó sobre las actitudes de cada candidato y las manifestaciones que subyacen a sus discursos. En el caso de Donald Trump destacó una actitud provocativa, altanera y rústica, que según el docente, contrasta con los buenos modales, sofisticación y solvencia técnica de su oponente.
Del mismo modo “el lenguaje y los temas que integran la agenda de Trump, expresan sin tapujos al EE.UU. profundo y contrasta con el lenguaje más técnico e informado que exhibe Hillary, recordando que su paso por el Congreso primero, y por el gabinete de Obama, después, no ha sido en vano” manifestó Iazzetta.
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]En relación a algunos estudiosos que hablan de Trump como exponente de un populismo de exclusión, más próximo a los populismos de la derecha europea que a los que han sido comunes en América Latina, Iazzetta explicó que para él el Populismo de Trump “está basado en una promesa de expulsión de todo aquello que es percibido como una amenaza por el ciudadano medio de EE.UU. Su fórmula es tan simplista como efectiva: tengan miedo, nosotros haremos el resto. En los debates no se esmera en detallar sus propuestas, apela a los sentimientos de quienes tienen miedo y desprecian al establishment que reside en Washington, estableciendo una relación con el elector basada en la confianza de que sólo él, sabrá ofrecer respuesta a sus problemas».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
https://youtu.be/IST8qOgXbdc
Conclusiones y expectativas
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]De acuerdo a las encuestas Hillary fue nuevamente la ganadora por mostrar más solidez en las respuestas. Sin embargo, para Anabella Busso, profesora titular de Política Internacional de la carrera de Relaciones Internacionales, “aunque Clinton consolide una distancia importante en intensión de votos con respecto a Trump, su crecimiento se vincula con la opción del “mal menor”. La publicación de los wikileaks acentúa la idea de que, más allá del discurso, es una funcionaria pro establishmente y su principal desafío continúa siendo aumentar su credibilidad ante los votantes.”
La docente también resaltó que “en este tercer debate Donald Trump tuvo su mejor desempeño, pero su discurso siguió enfocado hacia su propia base conservadora sin lograr hasta el momento incidir en el voto de los indecisos.”[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Para concluir, Busso expresó que en los días venideros será muy importante ver el desempeño y los artilugios de los equipos de campaña y el comportamiento del llamado voto vergüenza que en esta elección tiene dos versiones: quienes no desean hacer público su voto por Trump, pero también aquellos republicanos que no desean manifestar que votarán por Hillary.
Quién será el próximo presidente de Estados Unidos, toda una incognita, ya que la Profesora Busso, lo vincula con la negativa de Trump para confirmar si aceptará el resultado de las elecciones. «Esta postura se ha convertido en un nuevo desafío para el sistema político estadounidense en tanto instala la idea de fraude y nos hace retrotraer a los acontecido en las elecciones de noviembre de 2000. En aquella ocasión transcurrieron 2 meses sin saber si el Presidente electo sería Gore o Bush y el triunfo de este último siempre quedó bajo un cono de sombra».[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
INFOGRAFÍA: El debate en las pantallas
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