El pasado 28 de noviembre conmemoramos los 70 años de Gratuidad Universitaria con un panel y actividades especiales. Nos visitó la reconocida Doctora en Educación, Gabriela Diker; y acompañada por el Rector de la UNR, Franco Bartolacci y nuestro Decano, Gustavo Marini; pensamos los compromisos y desafíos que tiene hoy la Universidad.
La Gratuidad Universitaria es un hito fundamental de nuestro sistema educativo superior y hace tan solo algunos días se cumplieron los 70 años desde que se logró esta conquista. El hecho encontró en nuestra Facultad un reconocimiento a nivel ciudad que incluyó entre otras cosas: la firma de un Decálogo de compromisos para garantizar la defensa de la gratuidad como derecho; el descubrimiento de una placa homenaje en la Facultad y un panel para comprometernos y reflexionar sobre los desafíos de la Universidad que queremos.
El Decano de la Fcpolit, Gustavo Marini, recibió a la comunidad académica y dio la bienvenida a las actividades. En ese momento señaló que nuestro modelo universitario no se dio de una sola vez de forma natural ni se trata de algo estanco sino que es el resultado de una lucha histórica acumulativa de muchas generaciones. Finalizó diciendo que “debemos tener especial cuidado en mantenerlo y revalorizarlo tal cual como es porque el sistema educativo superior es el mecanismo de socialización, de generación de oportunidades y mecanismo de inclusión social mas importante que tiene hoy la República Argentina”.
En línea, el Rector de la UNR, Franco Bartolacci abrió con una pregunta que cree fundamental: “¿por qué el territorio piensa que la Universidad lo desconoce?”. Luego de relatar algunas experiencias vividas como las del Programa de Educación en Cárceles, consideró que todavía falta mucho por hacer y llamó a seguir trabajando y asumir las tareas con la “enorme responsabilidad de ser la síntesis histórica de la Reforma y la Gratuidad”.
Luego de las palabras locales llegaría el momento de las de la invitada. Gabriela Diker, Doctora en Educación, actual Rectora de la Universidad Nacional General Sarmiento y autora de publicaciones de gran relevancia tanto en el país como en el exterior, llegó a nuestra Facultad para sumarse a la conmemoración.
En referencia al hito de la Gratuidad, la especialista en historia de la educación y pedagogía, señaló algunos indicadores para ayudar a pensar en que grado nuestras Universidades son populares:
- Una Universidad se puede llamar popular cuando pone en tensión las agendas centrales de investigación que dicen que es relevante investigar y que no. Este es un asunto que está en el corazón mismo de la vida universitaria y es el que menos se deja atravesar por la cuestión de lo popular (…) Tenemos que hacer investigación y pensar los problemas de investigación desde los sectores populares (…) se trata de encontrar los modos de disputar hegemonía y autoridad en el campo científico.
- En relación con la formación, una Universidad que trabaja al servicio de los intereses de los sectores populares es una universidad que forma profesionales que saben a que intereses responden. Esto quiere decir, por ejemplo, que no podemos seguir formando profesionales que reproduzcan en sus practicas los estereotipos de género y la forma patriarcal de dominación, no podemos seguir haciéndolo.
- Una universidad será popular por supuesto cuando sea definitivamente feminista. Esto se expresa en los modos en que se forman profesionales si no también en los modos en que se gobierna, en las condiciones de igualdad que genera para el acceso a los cargos de mayor jerarquía.
- Una universidad popular, será una Universidad que se pare en contra de 2 deformaciones liberales. Por un lado el derecho a la educación superior que tiene una interpretación liberal y que en Argentina está fuertemente centrada en la idea de que es un derecho individual que quiere decir que estudio lo que quiero, cuando quiero y donde quiero. Esa es una forma liberal de pensar el derecho a la educación superior. El cuándo quiero y dónde quiero tiene un limite que es el derecho colectivo a la educación superior y es lo que el país necesita. También será una Universidad que se plante en contra de la deformación liberal de la autonomía universitaria que es la que vendría a decir: somos nosotros los que tenemos acá la ultima palabra. Estas interpretaciones liberales hay que discutirlas (…).
- Creo que una Universidad es popular no solo cuando entran en ella sectores populares sino también cuando mantiene abierta una advertencia que voy a formular con palabras de Jacques Rancière, palabras de ese libro que es «El filósofo y sus pobres». Rancière dice lo siguiente y creo que es un parámetro para medir que tanto logramos poner nuestras universidades al servicio de los intereses populares: “el peor mal intelectual no es la ignorancia sino el desprecio y el desprecio no se cura con ninguna ciencia sino tomando partido de su opuesto la consideración.
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