Mujeres y cine: derribando al patriarcado

En el segundo día del Congreso Nacional de Democracia se llevó a cabo el panel especial “Lo personal es político”. En el mismo, las cineastas Lucrecia Mastrángelo, María Langhi y Cecilia del Valle hablaron sobre los obstáculos de las mujeres a la hora de insertarse en el campo laboral audiovisual y contaron detalles de sus últimos proyectos.

Del Valle cuestionó la dificultad que tuvo para conformar un equipo de trabajo que fuera exclusivamente femenino, durante la pre- producción de su largometraje “Canela en proyecto”. “Descarté esa idea porque me di cuenta que era forzado y no encontraba a la persona correcta”, admitió la directora. En cuanto a su documental centrado en la profesora universitaria y arquitecta Canela, reflexionó: “Esta película abre dudas sobre lo que significa ser mujer, y lo más maravilloso que tiene es la impronta del tiempo, los años que tardó en hacerse”.

Posteriormente, su colega María Langui, retomando el tópico sobre la desigualdad de género de la industria, agregó con ironía: “No es casualidad que no haya mujeres para elegir en roles técnicos. Parece que no entendemos los manuales de uso y los hombres nacieron para esos trabajos”. “En el cine fuimos históricamente representadas desde una subjetividad masculina. No puede ser que no aparezcamos en un mundo donde somos el 50%. Tenemos que agitar para que los cambios sigan pasando”, agregó. Asimismo, la también docente de la Escuela Provincial de Cine y Televisión recurrió a datos numéricos para argumentar su postura: “El 60% de los estudiantes de cine son mujeres pero sólo el 10% de la fuerza laboral de la industria lo son”.

Por su parte, la expositora Lucrecia Mastrángelo, insistió en la necesidad de pensar cuál es la imágen de mujer que las realizadoras deben visibilizar. “No es la que muestran los medios, hay que buscar la otredad para que muchas mujeres puedan identificarse con esta otra mujer”, expresó y añadió: “No debemos quedarnos en lo anecdótico sino se cae en el sensacionalismo, hay que darles voz a las que no la tienen”. Por último, concluyó que lo que no hay que hacer es naturalizar y dar las cosas como dadas, porque éstas “fueron construcción del patriarcado y por este motivo también pueden deconstruirse”.

Por: Clarisa Fittipaldi