En el segundo día del Congreso sobre Democracia se llevó a cabo el Panel Especial: “Educación y Comunicación. Debate para la construcción de una nueva ciudadanía”, del que participaron Luis Alverto Quevedo, director de FLASCO, y Silvia Serra, docente de la UNR.
“Entendemos que hay una nueva ciudadanía pero no sabemos cómo responder”, explicó Serra en torno al debate sobre el sistema educativo actual argentino. Asimismo, Quevedo señaló: “Las escuelas son como fábricas que tiene el Estado nación para producir al ciudadano”. En este sentido, la especialista en educación aseguró que existe una gran tensión entre nuestras instituciones escolares con las nuevas formas de ejercer la ciudadanía que existen hoy por hoy. “El sistema educativo argentino es nacional, nunca ha mirado a lo transnacional y le cuesta reconocer a las minorías”, manifestó.
Según los expositores las nuevas ciudadanías están constituidas a partir de tres principios:
- En primer lugar la globalización que a contramano de lo que el sistema educativo argentino estableció desde sus comienzos y que aún hoy estipula, genera “una nueva identidad que ya no tiene nada que ver con lo nacional”.
- En segundo lugar la geolocalización y las características propias de cada región que fomentan una tensión entre las identidades universales y las particulares. “El ser argentino tiene que ver con fronteras, una lengua en común y derechos universales, pero dentro de esta universalidad hay colectivos o minorías particulares como el colectivo LGBTIQ+, las mujeres, los pueblos originarios que reclaman un reconocimiento particular”, señaló Serra.
- Por último, las nuevas tecnologías y las llamadas TICs que, como señaló la docente, tienen la posibilidad de renovar las viejas estructuras del sistema educativo pero su vez ponen como objetivo formar en competencias. “Saber hacer más que un saber algo”, explicó. De esta forma, aseguró que las nuevas tecnologías podrían volver a tomar en cuenta el “traspaso de valores culturales”.
Por su parte y en este sentido, el director de FLASCO advirtió que no hay que caer en el “fetichismo de los aparatos” sino que hay que entender y estudiar cuál es el relato y los vínculos que se dan a partir de ellos. “La crisis de hoy es la crisis de la palabra y del sentido que está sometida y depende de los poderes de turno”, concluyó.
Por: Tomás Galicchio y María Florencia Gallegos